jueves, 24 de julio de 2014

EDUCAR EN EL ASOMBRO DE CATHERINE L’ECUYER

El libro pone en cuestión algunos aspectos del modelo educativo actual, recuperando el asombro como motor del saber y de la curiosidad por descubrir el mundo, tal como proponían los grandes filósofos. 

La innovación en la actualidad es entendida como tecnología en las aulas, pero tal y como afirma Cristóbal Cobo Romaní,  la tecnología no resuelve los problemas de la educación, ya que estas no estimulan la creatividad, el arte o despiertan el asombro. La tecnología no forma sujetos más creativos, que aprendan mejor , que trabajen mejor equipo, etc.

La educación ha de darse desde dentro del niño. Montesori nos dice que el niño ha de ser el protagonista de su educación. Sobre esto también nos hace reflexionar el libro. Es necesario traer el mundo a nuestras aulas, enseñar cosas necesarias para la vida en sociedad y dando el protagonismo a los alumnos para que ellos mismos sean los constructores de sus propios aprendizajes. Para ello en la naturaleza podemos encontrar nuestro mejor aliado.

Tal y como dice  Catherine en este libro, la naturaleza es una de las primeras ventanas de asombro del niño, es la ventana que puede ayudar a recuperar el sentido del asombro a quien lo haya perdido. La naturaleza enseña que las cosas no son inmediatas y que lo bueno y lo bello llevan su tiempo. Ayuda a controlar la impulsividad y ser pacientes .

Debemos encontrar espacios abiertos de naturaleza en los que los niños puedan correr, saltar, descubrir e imaginar. Recientes estudios demuestran que el juego en entornos naturales reduce los síntomas de déficit de atención en algunos niños.


Esto me lleva a otro de los temas del libro que me ha llamado poderosamente la atención, la sobreestimulación. Muchas veces caemos en la trampa de comprar juguetes para estimular, llenos de luces y sonidos, o usar videos para estimular a nuestros hijos. Tenemos que ser conscientes de que la sobreestimulación puede provocar problemas en el aprendizaje. Un niño necesita un entorno normal, su motor interno le conduce a descubrir por medio del asombro. 

Hoy he probado con mi hijo de 19 meses a que el marcara el ritmo del paseo. Para recorrer algo menos de 15 metros he tardado una hora, se paraba para observar todo lo que se iba encontrando.  Le ha llamado la atención una pequeña piedra del suelo, después de un largo tiempo observándola, comenzó a moverla con el pie por medio de pequeñas patadas sin retirar su mirada, y por último lentamente se ha agachado para poder tocarla. Creo que esa es la estimulación que necesita, la que le aporta la propia naturaza… escuchar el canto de un pájaro, oler las flores que comienzan a nacer, tocar las piedras…

Hay que dar al niño lo que necesita en cada momento. La estimulación, si no es necesaria desde el punto de vista del niño, sobra. Hay que proporcionar un entorno normal y una cantidad mínima de estímulos

Después de leer el libro creo que puedo deducir que educar en el asombro es una filosofía de vida, una forma de ver el mundo que amplía los horizontes de la razón porque se niega a quedarse en los mínimos de la vulgaridad. 

Debemos de reconocer que los niños tienen una naturaleza propia a la que debemos ser sensibles. El niño ha de ser el protagonista de su educación, y siempre debemos de respetar sus ritmos, dándole lo que necesita y protegiéndolo de lo que no le conviene. 


Cuando adelantamos etapas que no tocan, ponemos a los niños en una situación de frustración que podría repercutir sobre su autoestima y crear una espiral de fracaso en su aprendizaje. Saltarse las etapas es despreciar el mecanismo con el que cuenta la naturaleza para asegurar un buen desarrollo de la personalidad.

No podemos olvidarnos de educar en la Belleza para que el niños pueda encontrar motivos para asombrase.

Recomiendo la lectura de este libro debido a  que aparecen expuestas ideas importante para la educación como: el respeto la curiosidad de los alumnos, el cultivo y la importancia del apego, la necesidad de mantener el contacto con la naturaleza, la importancia de cuidar la estética de su entorno, de no exponerlos al estrés del ruido y la velocidad… 





Ideas extraidas del libro.

He intentado extraer todas las ideas que me han llamado la atención del libro. Son muchas y muy importantes, por ello he decido ordenarlas y tenerlas plasmadas por escrito, porque creo que pueden ser muy útiles para la práctica educativa.
Al plasmar tantas ideas, es una especie de resumen esquematizado de los diferentes temas que trata el libro.

Primera parte: ¿Qué es el asombro?

  • Asombro es el deseo de conocimiento. Es una manera de filosofar.
  • No se conocen estudios que justifiquen el éxito de la estimulación temprana en niños sanos y normales. Lo que si que es importante es el vinculo de apego.
  • La educación ha de darse desde dentro del niño. El niño es el protagonista de su educación( Montersori)
  • La sobreestimulación puede provocar problemas en el aprendizaje. Un niño necesita un entorno normal, su motor interno le conduce a descubrir por medio del asombro.
  • Hoy en día se somete a los niños a tantos estímulos que les impide disfrutar de una película lenta.(La abaja Maya, Callou, ET).
  • El modelo mecanicista se basa en marcar hitos para los niños y aplicar métodos externos. Los hitos se marcan en función de la media, lo que esta provocando cada vez niños medicados y niños repitiendo con 5 años. También se marcan los hit en función de las necesidades de la sociedad. También nos equivocamos en eso.
  • Tenemos que educar a niños Creativos, ingeniosos y capaces de adaptarse a los cambios y devolver a los niños el protagonismo de su educación.
  • Educar es lo contrario de inculcar. Educar es acompañar, sacando lo mejor de cada uno desde dentro hacia fuera.
  • Acoger es reconocer que el niño es protagonista, adaptarnos a sus ritmos, y tener en cuenta que el niño aprende desde dentro.
  •  El fin de la educación es el niño, no lo que pretendemos conseguir de él.
  • La educación infantil ha de contar con el asombro, respetar la libertad interior, fomentar el silencio, el juego libre, respetar las etapas de la infancia, rodear al niño de belleza, y no saturar sus sentidos.

Segunda parte: ¿Cómo educar en el asombro?
  •         Para que un alumno se pueda asombrar, se precisa que sea libre interiormente, sin filtros ni prejuicios.
  •        El juego ha de ser entendido en el sentido de disfrutar realizando una tarea porque se hace con el corazón, le pone imaginación, creatividad, la interioriza y la hace suya. El juego es la actividad por excelencia a través de la cual aprenden movidos por el asombro.
  •           La infancia es una época de preparación, que jugando se aprende a pensar y se estructura la cabeza.
  •          El descubrimiento y la disciplina no son conceptos opuestos, sino complementarios. El niño no se educa solo, por lo que lo es necesario marcar límites. Podemos preparar el entorno de tal forma que queden claros los límites. Distinguir n ceder en le capricho y en dejar que el niño sea el protagonista de su educación.
  •         El niño es el protagonista de su educación, el educador es facilitador. La frase mágica, “¿y tú qué crees?.
  •         La forma más directa y eficaz de matar el asombro de un niño es darle todo lo que quiere, sin ni siquiera darle la oportunidad de desearlo. El exceso de cosas satura los sentidos y bloquea el deseo.
  •         Las cosas valiosas requieren su tiempo, y los niños han de aprender a esperar y valorar estas cosas y así se asombraran por su existencia.
  •         Es necesario saber decir “no”. La pataleta de un niño es una consecuencia de la frustración que le produce darse cuenta de que el mundo no se comporta como nosotros queremos y nos enfadamos para conseguir lo que queremos. Es importante no ceder para dejar claro que las acciones tienen consecuencias naturales.
  •         Gestionar bien la pataleta requiere e tiempo. Educar requiere de tiempo…
  •         La naturaleza es una de las primeras ventanas de asombro del niño, es la ventana que puede ayudar a recuperar el sentido del asombro a quien lo haya perdido. La naturaleza enseña que las cosas no son inmediatas y que lo bueno y lo bello llevan su tiempo. Ayuda a controlar la impulsividad y ser pacientes .
  •       Debemos encontrar espacios abiertos de naturaleza en los que los niños puedan correr, saltar, descubrir e imaginar.
  •        Recientes estudios demuestran que el juego en entornos naturales reduce los síntomas de déficit de atención en algunos niños.
  •          Los niños viven el presenta con una gran intensidad.
  •         Hay que respetar los ritmos de los niños, sus ritmos no son los nuestros. Necesitan abrazos, quieren ser escuchados, mirados con compasión, con cariño. Debemos de atender los ritmos y las necesidades básicas de los niños. Los niños han de estar con sus seres queridos, jugar, imaginar, descubrir por si solos, sin prisas.
  •       Educar en el asombro es incompatible con la hipereducación. La hipereducación es la obsesión por adelantar las etapas cognitivas y afectivas del niño.
  •     Cuando adelantamos etapas que no tocan, ponemos a los niños en una situación de frustración que podría repercutir sobre su autoestima y crear una espiral de fracaso en su aprendizaje. Saltarse las etapas es despreciar el mecanismo con el que cuenta la naturaleza para asegurar un buen desarrollo de la personalidad.
  •         Según Kiley, el síndrome de Peter Pan tiene como origen la dificultad del paso de la niñez a la edad adulta y la principal causa reside en que el niño no ha vivido bien su infancia.
  •       Es importante no reducir la infancia, no frustrar la imaginación del niño, ni matar sus ilusiones.
  •          La neurociencia nos dice que cuando realizamos varias tareas a la vez, no atendemos a todas ellas de forma paralela, sino que oscilamos rápidamente entre una y otra. Por ejemplo la televisión puesta puede interrumpir el juego de los niños, o influir negativamente en la calidad de la interacción de los padres con sus hijos.
  •         Es importante rodear al niño de un entorno que sepa equilibrar silencio, palabras, imágenes y sonido.
  •         El silencio es una parte muy importante del aprendizaje y es necesario para la reflexión, una de las cualidades que caracteriza a la persona humana. El ruido acalla las preguntas que surgen del asombro ante la observación de la realidad.
  •         Una actividad que se realiza desde el silencio exterior y para el silencio interior de la lectura. En la lectura llegamos a nuestras propias inferencias y analogías, al mismo tiempo que fomentamos nuestras propias ideas.
  •       Respecto a las tecnología, es importante introducirla a su tiempo. El ordenador impide el pensamiento crítico, deshumaniza el aprendizaje, la interacción humana y acorta el tiempo e atención de los alumnos.
  •        La rutina es la percepción de los actos útiles, estructurados y supersiddos. El ritual es la rutina, pero humanizada.
  •        El niño se asombra porque asocia los momentos de los rituales a sus seres queridos, sus compañeros de colegio…. Es lo que hace la rutina más humana, le da sentido y le hace asombrarse por lo que hace, le hace desear conocer lo que le rodea.
  •        Los niños asumen naturalmente la existencia del misterio. El misterios es aquello que nunca acabamos de conocer, es inagotable. Alex Rovira decía que la duda es la maleta más valiosa del equipaje de los genios.
  •      El misticismo nos mantiene sanos. Mientras vives el misterio, gozas de buena salud; si destruyes el misterio, creas mortalidad. Chesterron (1967)
  •        Hay casos en que la verdad aprendida demasiado pronto por un niño y mal explicada con respecto a otras verdades, se convierte en error y causa de escándalo. Jean Guitton.
  •     El asombro es provocado al constatar que una cosa es, mientras podría no ser. Una característica de ser que provoca asombro en los niños es la Belleza.
  •        La Belleza es la expresión de la bondad y de la verdad, es respetar los ritmos del niño, su inocencia, su proceso verdadero de aprendizaje. La bondad y la verdad llegan al niño por medio del asombro.
  •         Rodear a los niños de Belleza, es buscar la excelencia para ellos.
  •         Hay que aprender desde lo cotidiano, llenado los aprendizajes de sentido.
  •    Para educar desde el asombro, nosotros mismos debemos ser personas agradecidas, asombradas y sensibles a la Belleza.
  •         Todo lo que entra por los sentidos del niño, cuando es pequeño, configura su cultura.
  •        Si queremos que los valores positivos cuajen en la cultura de los niños, se tienen que inculcar, es decir empapar la cultura. Hay que filtrar lo que llega a niños, siendo generadores de cultura.
  •        Hay que dar al niño lo que necesita en cada momento. La estimulación, si no es necesaria desde el punto de vista del niño, sobra. Hay que proporcionar un entorno normal y una cantidad mínima de estímulos.
  •         Es importante la calidad de la relación que existe ente el niño y la persona que le cuida.
  •     Lo primera es la invención y el descubrimiento para luego dar paso a la disciplina y el aprendizaje.
  •       No existen recetas estándar, ya que existen variedad de circunstancias de a vida de cada niño. Debemos huir de modelos mecanicistas que distraen y nos alejan del verdadero ser de la educación.

  • Bibliografía


- Cobo Romaní, C; Moravec, JW. (2011). Aprendizaje Invisible. Hacia una nueva ecología de la educación. Col·lecció Transmedia XXI.
- L’Ecuyer, C. (2012). Educar en el asombro. Plataforma Actual.

- Sánchez, J. A. (2011)  “Cristóbal Cobo Romaní: Cambian las tecnologías, pero se replican los patrones y errores del pasado” Cuadernos de Pedagogía nº 418. Páginas 26-29

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